Powerlifting

El Powerlifting adaptado es, como su nombre indica, una adaptación para poder ser practicado por deportistas con discapacidad.

Sus orígenes, ya con las características que han sentado las bases para el powerlifting actual, se remontan a 1948 con la creación del denominado “strength lifting” (levantamiento de fuerza), aunque fue en Estados Unidos donde alcanzó su auge, denominación que el habla anglosajona ha mantenido hasta la actualidad y que se ha ido asentando como denominación para este deporte a nivel internacional.

La primera vez que participaron deportistas de powerlifting adaptado en unos Juegos Paralímpicos fue en los de Tokyo en 1964. En esta ocasión, sólo se permitió la participación masculina, las féminas debieron esperar hasta Sidney 2000 para poder competir, y en dos competiciones diferenciadas, una para lesionados medulares y otra para “les autres”. Esta diferenciación siguió hasta Barcelona 92, donde por unanimidad se unificaron reglamentos y criterios para celebrar las pruebas bajo el paraguas de una sola denominación. En la actualidad, se siguen las pautas fijadas por IPC Para Powerlifting. Este deporte, practicado por deportistas de más de 100 países, es uno de los deportes paralímpicos que más rápido se han extendido por el mundo.

En España, el primer campeonato de la modalidad tuvo lugar en Elche en 1980 y, en la actualidad, es una modalidad deportiva que está implantada en un gran número de Comunidades Autónomas.

La modalidad deportiva adaptada es una competición abierta con levantamiento en banco, es decir, los deportistas están “acostados” en un banco plano diseñado para la práctica de esta disciplina. La competición consiste en que el deportista sea capaz de bajar la barra con sus pesas hasta el pecho, dejarla quieta y elevarla completamente hasta dejar los codos bloqueados y extendidos al máximo. Tienen tres intentos para conseguirlo, cada vez que se añada peso a la barra, el ganador será el que sea capaz de levantar más kilos.

A esta disciplina pueden optar deportistas con lesión medular, amputación, parálisis cerebral o discapacidad física de otro tipo, aunque deben reunir unos criterios mínimos de elegibilidad basados en sus capacidades. Los atletas participan en diez categorías basadas en el peso corporal de cada participante y nunca en el grado de su discapacidad (hasta 41 kilos y de 86.01 kilos en adelante para mujeres, y de hasta 49 kilos y de 107.01 kilos en adelante para hombres). Esta es una modalidad deportiva en la que, aún, estando abierta a atletas con una movilidad reducida, se da una mayor participación en lesionados medulares. La competición tiene las mismas reglas que la halterofilia practicada por personas sin discapacidad.

Todos los deportistas durante la competición tienen que llevar un traje especial con un cinturón que les sujete la zona lumbar, también llevan vendas en las muñecas y manos. Este traje deberá ser de una sola pieza de material elástico y ceñido. Podrá llevar una camiseta bajo el traje (opcional para los hombres y obligatoria para las féminas) que se ajustarán a determinadas características de color, material y adornos. El calzado será deportivo u ortopédico, según decisión del levantador o necesidades físicas. Los competidores podrán usar un cinturón que deberá estar fuera del traje y cuya composición será de material no elástico, sin almohadillas y con una hebilla en los extremos del tipo “fácil liberación”. En cuanto a las vendas, deberán ser comerciales de una sola capa, elásticas y de poliéster, algodón o una combinación de ambos materiales. La forma de uso de estas vendas viene reglamentada en su colocación y tamaño.

El material usado para las pruebas es el siguiente:

Banco de levantamiento: 
Será una superficie plana y nivelada de 210 cm de largo y de 61 cm de ancho. La altura al suelo estará comprendida entre los 45 y los 50 cm. Este banco estará colocado en una tarima de 4×4 metros.

Barra Olímpica:
Será una barra aprobada por el IPC. Esta barra no podrá cambiarse durante el transcurso de la competición salvo que esté doblada o presente daños. Es potestad del juez autorizar su cambio.

Discos:
Todos los discos estarán marcados con su peso. Su color dependerá de su peso: rojo para los 25 kilos, azul para los 20 kilos, amarillo para los 15 kilos. Para los discos de 10 kilos o de peso inferior se usará cualquier color, salvo los mencionados. Los discos pesarán a razón de la siguiente escala: 1.5, 2.5, 5, 10, 15, 20 y 25 kilos. Si el levantador pretende batir un récord, se admitirá discos más ligeros para conseguir un peso de, al menos, 500 gramos más que el récord anterior.

Collarines:
El collarín es la pieza que mantiene los discos en su posición en la barra olímpica y su peso es de 2.5 kilos.

Antes del comienzo de la prueba, se realizará el pesaje de los deportistas para comprobar si están en el peso permitido. Este pesaje se efectuará en un cuarto cerrado con la presencia de los tres jueces designados para cada categoría. Podrá estar presente, opcionalmente, el entrenador o delegado. El pesaje se efectuará con el deportista desnudo o en ropa interior, sin prótesis ni órtosis. Los resultados de los pesajes se harán públicos al terminar de pesar a todos los participantes de la categoría.

Los deportistas amputados aumentarán su peso corporal para compensar la falta de miembro. Este aumento de peso vendrá dado por las características de la amputación y el peso que el atleta haya dado en el pesaje. Se iniciará la prueba con la llamada al deportista por parte del juez de competición. El atleta se aproximará al banco y se acomodará, teniendo en cuenta la altura de los soportes, la localización de las correas de sujeción, el agarre de la barra y su posición corporal. Si el deportista es usuario de silla de ruedas, tras transferirse de la silla de ruedas al banco, su entrenador o un auxiliar la retirará de forma que no obstaculice la visión de los jueces. A partir de la colocación del deportista, en la zona de competición comienza a correr el tiempo para iniciar los levantamientos.

Tras colocarse en posición, con la barra cogida con brazos extendidos y sin movimiento, el levantador esperará la orden del juez central para iniciar el levantamiento. Esta orden consistirá en un movimiento descendente de la mano y la orden “inicie”. Al recibir la orden el levantador bajará la barra hasta la altura de su pecho, en un movimiento rápido y controlado, y la mantendrá en una pausa obligatoria sin que la barra se hunda en el pecho y sin dejarla rebotar. Tras esta pausa, volverá a subir la barra hasta la extensión total de los brazos y esperará una nueva señal que será la orden de colocar de nuevo la barra en su soporte. Esta señal consistirá en un movimiento hacia atrás de la mano del juez y la orden vocal “soporte”.

En este momento cada uno de los tres jueces emitirá su veredicto sobre el levantamiento. Para ello, dispondrán de luces o banderas de color blanco y rojo. Dos o más señales blancas indicarán un levantamiento correcto. Dos o más señales rojas indicarán que el levantamiento no ha sido válido.